sábado, 7 de julio de 2012

Mi trabajo


¿Qué le pasaría a mi bestia si yo dejara de torturarlo y humillarlo?

Como su Señora estoy obligada hacerlo, detectar que cosas son las que más le afectan; innovar radicalizando sobre esa tendencia para alterarlo.
Ya sabemos que un adicto necesita dosis cada vez más altas.

Son sus pelotas son el área más sensible al dolor de todo su cuerpo. Me esmero en aplicar contra ellas todo mi sadismo hasta el límite de no estropearlo, porque quiero un esclavo macho con huevos sanos.

Estar presente cuando otro hombre me coge es lo que más le molesta. Lo he hecho con tipos más jóvenes, menos jóvenes, más grandes y mejor formados que él, y con otros que pierden en la comparación.
Su cabecita trabaja durante y después de esas sesiones de sexo y sé que tiene pánico de encontrar a alguno de esos hombres más tarde en su vida pública.

Hacerlo llorar de dolor delante de un tipo que me está satisfaciendo como macho lo destruye, lo convierte por varios días en un indefenso animalito faldero.
Asume la culpa de su incapacidad de llenar de gusto a una hembra como yo, y ruega  que le permita utilizar su lengua por horas en mi sexo hasta que me agote en orgasmos y le acaricie la cabeza.

No es fácil ni cómodo preparar estas situaciones, desde idearlas hasta ponerlas en práctica lleva su trabajo. Es cierto que se trata de un trabajo que me gusta, y que me tomo teniendo siempre presente a quién va destinado.

Vean si no es importante el esclavo para su Dueña.








jueves, 19 de abril de 2012

Dulce hijo


Joven, frágil, andrógino, a veces rebelde, casi siempre débil.
Llegó a mí buscando una madre que lo comprenda y lo mime, pero que al mismo tiempo sea dura y severa para que lo castigue por sus errores y lo discipline.

Llora y busca con su lengua el camino que le permita ingresar por mi vagina y refugiarse en el calor de mi útero.

Me esfuerzo para causarle el dolor que lo corregirá y lo hará crecer, sin llegar ha lastimarlo.

No controla sus eyaculaciones, como los bebes no controlan los esfínteres.
Acaba sin tocarse mientras me mama la teta,

También lo uso para encender a base de celos a mi bestia, cuando lo obligo a presenciar de cerca esta relación, como un Layo que espía cuando Edipo desea a Yocasta.

Si. Es mi Edipo, un dulce niño, un dulce hijo.

miércoles, 11 de abril de 2012

Juegos BDSM




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Luna y Dhanko nos invitan a introducirnos al fascinante mundo de los "Juegos BDSM"

domingo, 17 de abril de 2011

Mano dura en guante de seda

La dominación femenina es algo mucho más polifacético y complejo que una simple tanda de azotes y ciegas obediencias masculinas.
La dominación se basa, simple y llanamente, en la fascinación sexual que ejerce la mujer sobre el hombre.
En el nivel profundo de la personalidad, esa fascinación queda realzada por el recuerdo de la madre todopoderosa de los primeros años de infancia.
El dominio de la mujer se basa en el sexo, sólo de ese modo puede obtener la necesaria obediencia del hombre.
El poder femenino debe ser femenino: sutil, descarado, sofisticado. Y ante todo debe ser poder.

sábado, 26 de marzo de 2011

Sometido & Macho



"Una de las malinterpretaciones más extendidas sobre el estilo de vida de la Dominación Femenina es que el hombre debe perder su masculinidad cuando se somete a una Mujer. Aunque sea cierto que algunos hombres quieren ser feminizados y despojados de su masculinidad, la mayoría de los sumisos siguen siendo bastante masculinos.

A muchas Mujeres Dominantes les gusta dominar y controlar a un hombre masculino. Lo que a la mayoría de las Mujeres Dominantes les disgusta es un hombre machista, no un hombre masculino... Y hay una gran diferencia. A las Mujeres Dominantes les gusta despojar a un hombre de su machismo y de su ego masculino, no necesariamente de su masculinidad.

La vida consiste en tomar decisiones. Sentarse a verla pasar sin tomarlas sólo acaba por desembocar en el stress y la incertidumbre. Al tener una naturaleza dual es difícil avanzar en la vida porque siempre hay dos mentes antagónicas en permanente conflicto que ocasionan luchas internas. Las decisiones tomadas, en realidad, sólo obligan a una de las partes y, por tanto, las metas y los objetivos nunca se pueden alcanzar por completo. No se puede satisfacer a dos facciones antagónicas dentro de la misma personalidad. Es preciso tomar una decisión y comprometerse sólo con esa decisión.

Si el hombre quiere experimentar la verdadera sumisión a una Mujer, tiene que dejar a un lado su orgullo masculino y volverse humilde sometiéndose a su Mujer o a la Dominante que haya en su vida. Una vez que ella esté a cargo de la relación la permitiremos continuar así. Por supuesto que no será fácil algunas veces, pero aquí es donde hay que probar la decisión y el compromiso de sumisión. La voluntad del hombre es libre y puede usarla para tener una actitud machista hacia las Mujeres pero eso nunca le permitirá realizarse como sumiso.

Según vayan creciendo los deseos de sumisión, el orgullo y el ego masculino irán doblegándose. La sumisión es un deseo, pero también es una decisión. La voluntad humana será la que decida cuál de las dos fuerzas antagónicas de la personalidad acabará venciendo. Cuanto más sometido a la Mujer se está, con más fuerza crecerá el deseo de sumisión y, por tanto, más fácil será someterse."
Elise Sutton

jueves, 17 de febrero de 2011